De Picadillo y Sarabanda: Aquelllos tiempos

Díganme, ¿quién carajos no se va a acordar de su niñes? Ah, una bella etapa en la que no te tenías que preocupar sí un polícía te veía orinando en la vía pública, hasta era gracioso para ellos; sin preocupaciones, sin obligaciones. Eso es vida. La mía, presumo que fue muy buena.

Como olvidar a tantos buenos momentos y pequeñas diversiones que hacían que los días pasaran volando:

Sapos hechos shit por mis piedras y las de mis vecinos.
Carritos y motos eléctricas de Power Wheels (eran mi orgasmo).
Las macetas de mi awe que rompía de tantas maneras.
Como le rompíamos la hamaca a mi jefe cuando andaba pedo y dormido en el patio. Jajaja azotaba bien chingon.
Al pinche muñeco de Santo Clos con movimiento que me hacía correr a esconderme debajo de la cama.
La vez que grite en medio de una misa "Viva México cabroneeees" (Superen eso).
Al güey al que casi le arranco el cachete de una mordida en el kinder (que no mame, estaba molestando a la morrita que me latía).
Las carreras en bicicletas por el boulevar y las chicas bajadotas que nos aventabamos.
Más sapos hechos shit por los cuetes de mis vecinos.
El bohio que incendie con un cohete.
Aquella abuela a la que atropellé con mi bicicleta.
Maquinitas, juegos mecánicos y tantas cosas más.

Todavía recuerdo cuando era aquel cabron matadito en 3° de primaria: peinado de Benito Juárez, librero ativorrado de diplomas de aprovechamiento, mate y no se que mierda más, tareas bien hechas y halagos que me hacían todos los y las profes. Todo iba bien hasta que me empecé a juntar con el desmadre del salón. Aquel primer día en que los invite a mi casa a ver "El Aro" jajaja la chava de la peli acababa de ver "el vídeo" y justo cuando le marcaron a ella, me marcaron a mí. Todos cagados del miedo. Pinche mames, era una vieja que quería la tarea nadamás ¬¬. Ah, y tantas películas de acción y gore que rodamos en mi casa. Jajaja, eran la merga. De ahí en adelante, cambie los diplomas por la clásica "No trabajó.. Firma del padre" en la libreta, los halagos por regaños, mi peinado por... bueno ya ni me peino; y los libros por videojuegos.

Ah pero lo que más recuerdo es de lo que me pasó a los 5 años... ¡fui nada más y nada menos que al archiretecontramegafantabuloso parque de Plaza Sésamo en Monterrey! ¡Sí, conocí al original Plaza Sésamo! ¡Ése que sale en la tele! (Qué? Eso me dijeron mis papas)

Ese día cambio mi vida.

Lennin, ¿qué putas nos importa a nosotros? -Nada, es que ví éstas fotos y me llegaron tantos recuerdos. Además es un blog, puedo escribir lo que se me de la gana.